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ANTONIO MATEOS MARTÍN DE RODRIGO


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LA
PALABRA

“EXTREMADURA”
(Historia, crítica etimológica e historiográfica y restitución de su significado).


(refundación de la teoría de las “extremaduras”, inicialmente “zonas de pasto”, situadas en las primeras fronteras cristiano-musulmanas y, a partir de Nebrija, “invernaderos”, en base, además, a la triple división del territorio de los reinos cristianos que dedicaban los “extremos” de sus poblaciones al pasto de los ganados y que generalizaron la denominación al mejor y mayor grupo de zonas de pasto, las actuales Extremaduras hispano-portuguesas, situadas sobre los invernaderos musulmanes, objetivo estratégico de la Reconquista según los resultados del estado actual de la historiografía medieval).


MI TIEMPO YA TIENE SU PALABRA
El tiempo trae palabras en las manos,
deseo vertical, y trae respuestas
donde se van pudriendo los olvidos,
...
Hay que esperar que el tiempo
se deshaga en el barro y que madure
la simiente enterrada ( ... ).
Mena Cantero, Francisco.

Depósito Legal. BA-19-04.

miércoles, 23 de enero de 2008

INTRODUCCIÓN.

Numerosos y dispares han sido los resultados de las investigaciones que se han hecho de los vocablos “extremadura” o “estremadura”. Actualmente estos se han reducido a tres Teorías sin que ninguna de ellas haya sido capaz de anular a las otras. Y son:

a. “Extremadura” como “Extremos del Duero”.
b. “Extremadura” como “Frontera”.
c. “Extremadura” como “Invernadero”.

En esta línea de investigación, tras proceder a la crítica de las dos primeras, realizaremos las correcciones precisas de la última, iniciada por Nebrija alrededor de 1495, seguida de forma impropia por el andaluz Pedro de Medina en el siglo XVI y olvidada, hasta finales del siglo XIX, en que es asumida también ingenuamente y de forma incompleta, por el extremeño Paredes Guillén.

Antes incluiremos los resultados de una interesante investigación realizada por Pacheco Paniagua sobre el significado de la palabra “extremum” como “espacio fronterizo” pero no “frontera”:

“En las fuentes geográficas de los autores árabes expuestas en este trabajo (el suyo), el nombre de Extremadura no aparece de forma explícita. Tal vez tengamos que relacionar esta ausencia con el hecho de que, en la Edad Media, como podemos ver en las fuentes históricas, el nombre de Extremadura remite directamente al nombre de frontera, vocablo éste indeterminado e impreciso que, con el tiempo vino a traducir una realidad específica por medio de referencias cada vez más concretas... Por lo que respecto a Extremitas o extremum, en las crónicas medievales no parecen designar propiamente la frontera, sino una región fronteriza bastante delimitada...” [1].

Es decir nos encontramos ante un problema de matices que alcanzan gran relevancia y que sugiere la existencia de un problema creado por un conjunto de factores lingüísticos, historiográficos, corporativistas, de victimismo y de xenofobia.

En otra teoría, con algo de sintética, elaborada por Guadalajara Solera, observamos el mismo fenómeno del matiz; en su teoría Guadalajara Solera subdivide la palabra “extremadura” como un compuesto de “extremos” y de “Duero”: “La realidad histórica de la Reconquista trae consigo, o mejor dicho nos facilita, la explicación del étimo EXTREMADURA; el primer componente, “Extrema” incluye la pluralidad de “Extremos”, y el segundo al río Duero... se constata por casi todos los fueros medievales el término “extremos” referido al lugar de los pastos que aprovechaban los ganados trashumantes, y eran lindantes o fronterizos con los dominios de los árabes... ”[2].

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