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ANTONIO MATEOS MARTÍN DE RODRIGO


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LA
PALABRA

“EXTREMADURA”
(Historia, crítica etimológica e historiográfica y restitución de su significado).


(refundación de la teoría de las “extremaduras”, inicialmente “zonas de pasto”, situadas en las primeras fronteras cristiano-musulmanas y, a partir de Nebrija, “invernaderos”, en base, además, a la triple división del territorio de los reinos cristianos que dedicaban los “extremos” de sus poblaciones al pasto de los ganados y que generalizaron la denominación al mejor y mayor grupo de zonas de pasto, las actuales Extremaduras hispano-portuguesas, situadas sobre los invernaderos musulmanes, objetivo estratégico de la Reconquista según los resultados del estado actual de la historiografía medieval).


MI TIEMPO YA TIENE SU PALABRA
El tiempo trae palabras en las manos,
deseo vertical, y trae respuestas
donde se van pudriendo los olvidos,
...
Hay que esperar que el tiempo
se deshaga en el barro y que madure
la simiente enterrada ( ... ).
Mena Cantero, Francisco.

Depósito Legal. BA-19-04.

miércoles, 26 de diciembre de 2007

18. LA SOLUCIÓN. LA IMPOSIBILIDAD DE UNA “ETIMOLOGÍA POPULAR” SEGÚN LA TEORÍA DE PALACIOS MARTÍN. LOS “EXTREMOS” SON ZONAS DE PASTO EN LOS FUEROS DE

DE PLASENCIA Y “DE LOS GANADOS DE CÁCERES”, ANTERIORES A LA CREACIÓN DEL “IIONRADO CONCEJO DE LA MESTA”.

Según Benavides Checa “hay en el texto -de la confirmación por Fernando IV en 1297 del Fuero de Plasencia- un núcleo inicial de normas, las primeras 38, que posiblemente constituyan el bloque de usos más primitivos”[1] .

Concretamente en la primera norma aparece la palabra “estremo” como “zona de pasto”: “Si ganado de otra uila en término de Plazencia o en sus terininos o estremos a pacer entrare...”[2] .

Pues bien, según del Pino García, la concesión de Fuero a Plasencia por parte del rey Alfonso VIII se efectuó, como mínimo, antes del siglo XIII: “García de Ulecia piensa que el rey castellano dio Fuero a la nueva población entre 1186 y 1196, lo mismo que a Béjar. En cambio, Julio González da la fecha de 1208 y Elisa Carolina de Santos sitúa el hecho en 1188, año en que Clemente III creó el obispado placentino, o en 1196, cuando la plaza se reconquistó definitivamente a los almohades ” [3].

También con anterioridad a la creación del “Honrado Concejo de las Mesta” aparece documentada la palabra “estremo” como “zona de pasto” en los Fueros Romanceados de Cáceres; concretamente en el denominado “Fuero de los Ganados”, recopilado, según García Oliva[4] en los últimos años del reinado de Fernando III (- 1252) o en los primeros de Alfonso X: “Todo ganado que en estremo de Cáceres en Cáceres entrare, a nuestro fuero ande ”[5] .

Los “estremos” como “zonas de pasto” aparecen documentados a principios del siglo XIII: “En ocasíones - escribe Pastor, como ocurrió en Sepúlveda y en Fresno, los concejos llegaron a un acuerdo por el cual dejaban los extremos libres de labores agrícolas y de poblamientos a fin de conservar los pastos: “Convenienciam ... super illo quod debet ese extremum uidilicet, quod nom laboret illud nec populet concilium de Sepúlveda nec concilium de Fresno, sed quod remaneat per ad los pastos. Los pastos sint de comuni”[6] .

Pero mucho antes, en el Fuero de Sepúlveda, los “extremos” aparecen como "zonas de pasto” para ganado trashumante: “Dice el Fuero de Sepúlveda en su artículo 6-escribe Pastor-, al referirse a los ganados que entraren en los términos del concejo: “Otrosí, por facer bien y merced al concejo de Sepúlveda, damos y otorgasmosles que ayan los montadgos de los ganados que entraren por sus términos, que van a los estremos, que tomen...”
“Es evidente -concluye Pastor- que en este caso cuando se habla de los “extremos” no se está refiriendo a los del concejo, sino a la frontera del reino, a los lugares yermos de los confines, la Transierra, los montes de Toledo y aún, según los avatares de la guerra, a la cuenca del Guadiana”[7] .

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